¿Qué es un mapa? ¿Para qué sirve? Realmente, ¿qué se espera del mapa?
Un mapa es un medio de representar una espacialidad reducida en imagen, en dimensión. Un mapa permite traducir códigos, que nos van proporcionado información espacial a diferentes escalas.
Un mapa es útil para orientarse en relación a una realidad externa al propio mapa.
Un mapa nos ayuda a recorrer territorios, necesitamos de un mapa para recorrer territorios, y necesitamos recorrer un territorio para hacer un mapa. De ante mano se espera que un mapa ponga al alcance de la mirada información, y referencias de un territorio que no podrían ser alcanzados al menos que éste se recorra.
El uso del mapa a través de la historia en aquellas conquistas territoriales, marcan como el mapa ayudan a “dominar” territorios, señalando estrategias eficientes, simbolizando el hecho de que ya ha sido dominado, no se puede “dominar” si de ante mano no se ha recorrido, puesto que para trazar un mapa hay que haberlo recorrido.
Italo Calvino (1984), La primera necesidad de fijar los lugares en un mapa va ligada al viaje: es el memorandum de la sucesión de etapas, el trazado de un recorrido.
Los mapas dan información “relacional”, al ver un mapa como el de la Ciudad de México, y enfocandonos en ver solo un fragmento del territorio de la Ciudad no se puede experimentar qué tan grande o pequeño es, pero sí conocer de la disposición relativa de los elementos.
Los mapas representan datos, información científica, información dinámica, territorios imaginados, flujos, interacciones. Con esto nos queda más claro que un mapa al ser información relacional, no es el solo territorio señalado, ni el solo código referencial, tampoco es aquella forma sencilla que se concibe del mapa que representa la superficie del suelo como si fuese vista desde la mirada de un extraterreste, y que Italo Calvino menciona, "En definitiva, el mapa geográfico, si bien es estático, presupone una idea narrativa, está concebido en función de un itinerario, es una odisea."
Entonces el mapa es un pequeño mundo de relaciones, que nos ayudan a entender fragmentos de ese mundo entero que se funde naturalmente con el mundo.
La imaginación protagoniza los mapas, no puede haber un mapa en el que no haya una vinculación imaginativa, que no son utilizados para recorrer el mundo sino para explicar el mundo, para narrarlo, para imponer una versión de él. El mapa ya no es lo que era, el mapa es más allá de lo que un día fue.
Italo Calvino, Colección de arena, Alianza Editorial, Madrid, 1987.
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