lunes, 5 de octubre de 2009

tiempo un material del proyecto






El tiempo es un nuevo material de proyecto. La arquitectura como proceso abierto, como acto no finito, necesita saber incorporar el tiempo a la partitura de su organización.

Los hombres pasan gran parte de su vida en la casa o en el espacio definido como habitación.

La casa es el teatro de complejas interacciones, el lugar de los rituales cotidianos, el espacio para ceremonias excepcionales. Es el ámbito donde trascurre la vida, acontece la muerte, donde el júbilo y el dolor se viven en su cotidianidad.

En la experiencia cotidiana constatamos que el tiempo pasa mucho más rápidamente cuanto menos cosas distintas se realizan; y viceversa, el tiempo pasa mucho más lentamente cuanto más intensamente se vive éste. La longitud del tiempo es, de hecho, proporcional a la cantidad de las cosas, pensamientos, acciones que se realicen en ese intervalo. La experiencia de quien constata, cuán largas parezca unas vacaciones trascurridas en un viaje interesante, y cuán breves parezca el mismo periodo trascurrido pero en una aldea donde los días se deslizan, monótonos e iguales, uno después del otro.

Si esta idea choca con la creencia popular de si te aburres el tiempo no pasa nunca, también es cierto que todos consideran que una vida activa y rica de cambios es una vida larga: diez años de cárcel son desde luego más breves que diez años de "lucha por la vida".

El mismo razonamiento vale para el espacio.

También el espacio tiene una dimensión experimental que permite ciertas condiciones de sentir grande un espacio objetivamente pequeño y, angosto, un espacio objetivamente grande.

Vivir dentro de una casa rodante o de un barco requiere de gestos adecuados, mayor atención a los movimientos: pero la cantidad de oportunidades que se presentan en un mínimo desplazamiento es tal, que permite una pluralidad notable de actividades dentro de un espacio muy reducido. El espacio pre- organizado en los mínimos detalles para el desarrollo de las funciones se vuelve más grande que su real dimensión física. Las oportunidades comprimidas dilatan, el espacio y, realizan una dimensión virtual mayor que la real.

El mismo razonamiento pero invertido en un espacio muy grande pero escasamente equipado: se vuelve, para el usuario, más pequeño de lo que realmente es. Se puede, por tanto, concluir que, como el tiempo, la dimensión experimental del espacio es proporcional al número de oportunidades que éste ofrece al usuario.

(COPPOLA, Paola, Análisis y diseño de los espacios que habitamos, México: Editorial Pax, 2004)

Ahora bien, el uso del espacio en la vida del hombre tiende a seguir algunos rituales cotidianos variables en las diferentes edades, analizando este punto de una manera muy general, me he puesto a pesar en ese tiempo de uso, que se le dedica a un espacio específico de la casa al día, cómo cada espacio específico de la casa aumenta o disminuye su tiempo de uso. Que decir de los lugares públicos fuera de casa, que son o fueron parte del tiempo de uso en una etapa de nuestra vida, sin dejar de mencionar los no lugares que son de uso transitorios. El uso de un ambiente no es, de hecho, constante, ni en términos cuantitativos ni cualitativos en las vías de la fase de la vida.

El tiempo que una persona anciana permanece en un balcón es completamente diferente del tiempo y de uso que le da un adolescente. La recámara es, para un recién nacido, mucho más importante, en términos de tiempo-duración que de calidad y valor que para un niño de 5 años. Hacia esto podemos mencionar, la importancia del análisis, para aquellos momentos en los cuales el espacio es usado durante más tiempo en el curso del ciclo o asume una especial importancia en es fase especifica del proceso de evolución del individuo (valor).

Entonces será importante e interesante que cada uno de los espacios debe, por tanto, ser tratado con especial cuidado en su diseño o intervención, teniendo presente, no sólo las actividades que en ellos se desarrollan, sino el significado profundo que esas actividades revisten en cada una de las fases de la vida

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"El andar condiciona la mirada, y la mirada condiciona el andar, hasta tal punto que parecía que sólo los pies eran capaces de mirar".
Robert Smithson